Llegando al fin de año, y en la medida que el tiempo nos lo permita, todos reflexionamos sobre el año que termina. Para la Dirección General de Aguas Atacama es lo mismo. Ha sido un año intenso sin duda alguna, pero la sensación que tenemos como equipo es que hemos trabajado duro, aplicando innovación y respeto irrestricto a la ley.
Todo comenzó en un nuevo contexto post reforma del Código de Aguas. A partir de aquello, hemos entregado las primeras concesiones de derechos de aprovechamiento de aguas en Chile a la Comunidad Indígena Elvira del Carmen Pachao y al APR de La Vega, privilegiando consumo humano y subsistencia, además de generar trabajo directo con comunidades atacameñas.
En la provincia de Chañaral, habilitamos por primera vez en la historia, 2 pozos de monitoreo hidrogeológico en las localidades de Inca de Oro y El Salado, mejorando para siempre, el acceso público a la información de aguas subterráneas. En esa misma provincia, habilitamos las primeras estaciones meteorológicas públicas con transmisión satelital en salares, generando nueva información en el Salar Grande y Salar de Pedernales.
En Huasco por su parte, hemos estado donde se nos ha requerido, Huasco, Freirina, Vallenar, Alto del Carmen y Canto del Agua, siempre con el fin de entregar la mejor información en materia de regularización de derechos de aprovechamiento, acceso al agua para consumo humano y fiscalización.
Y en Copiapó, lo que acaparó la atención pública regional y nacional fue la solicitud de intervención de la Junta de Vigilancia del Río Copiapó, la que, por primera vez en la historia de Chile, marca la acción DGA ante una Junta de Vigilancia por razones relativas a una incorrecta distribución de las aguas. Y sí, aunque actualmente ésta se encuentra suspendida, se sigue trabajando en buscar acuerdos y llevar la distribución de las aguas hacia una metodología moderna, transparente y justa con todos los regantes.
Este es nuestro relato 2023, despliegue, ejercer con firmeza nuestras atribuciones y, sobre todo, escuchar y apoyar a todos y todas, con una DGA más cercana, humana y cumpliendo su rol público de gestión de las aguas. Esperamos que el 2024 sea mejor en términos de disponibilidad de agua, aumentando las precipitaciones de manera distribuida tanto en tiempo como en territorio, para que sumado al relato que hemos desarrollado durante 2023, podamos mejorar la calidad de vida de todos y todas.